El tercer corte de esta temporada resulta desconcertante. Bipolar y aturdido, se nos escapa entre los dedos y se filtra entre los poros. No hay lo que buscamos y necesitamos más de lo que Homeland nos daba.
+22.07.45.png)
Vemos de nuevo al desaparecido Brody, en Caracas. Está retenido por unos matones de los que aún sabemos muy poco. Alguna conexión hay con Carrie y por razones que desconocemos mantienen vivo a un herido Brody. Le inyectan heroína y, tras intentar escapar fallidamente, termina aceptándola con resignación.
+22.06.12.png)
El capítulo resulta feo a nivel estético, de imágenes sin gracia y momentos indiferenciados. Pero consigue algo importante, y es el hecho de meternos de lleno en las sensaciones de los dos personajes opuestos. Los dos luchan por salir, los dos se encuentran encerrados. Ella no quiere medicarse, él reniega de la inyección. Pero los dos aceptan los trámites por un objetivo final.
Tal vez tengan un destino más unido del que parece pero, como la intriga se ha estancado, nosotros sólo sentimos que no hemos tomado nuestra ración. Dependientes de una serie con tanto gancho, este capítulo nos sabe mal, probablemente por no tener la droga que necesita nuestro organismo.
Somos seriéfilos con síndrome de abstinencia.
Por Javier Moreno
No hay comentarios:
Publicar un comentario