Mock debate
La intervención de Lisa en el programa incendia la opinión pública sobre los chismorreos mezclados con debates de carácter político. Will asume la culpa y asiente con la cabeza como comprendiendo que uno se mancha cuando entra en el terreno pantanoso de la chabacanería. Lisa tiene más gracia que otros personajes, y me apena pensar que su acción durará lo que tarde en resolverse la tensión sexual entre Jim y Maggie, que parece estar llegando al límite.
El apagón en la redacción da lugar a un convulso discurso de Mackenzie dispuesta a lanzar de nuevo los ánimos de los periodistas aludiendo al espíritu de grupo. Cuando parecía tener ganada la batalla, la luz vuelve como insulto divino y devuelve a la productora a su papel original. El debate será emitido por la cadena, y para ello llevan tiempo trabajando duro con la intención de mostrar un nuevo formato de debate. Las preguntas serán afiladas contra las respuestas preconcebidas. El tono será directo para evitar la connivencia periodística en el cinismo político. Sin embargo la persona encargada de dar el visto bueno, y el dinero, no está por la labor.
Reaccionario y soberbio, el chico que ha de tomar la decisión encuentra el debate una afrenta que presume de egoísmo informativo, de periodistas que firman pero no filman. No sin acierto, pintan al personaje como un idiota y zanjan la discusión con la defensa de principios de Will, que pone a su equipo en primer lugar, con la sombra de una verdad informativa de fondo. Sin entrar más en polémica sobre el modo de hacer periodismo, el capítulo resulta entretenido, algo más vacío de contenido de lo habitual, pero interesante y amargo.
Esta vez no se salen con la suya nuestros protagonistas, pero no se trata de una batalla perdida, sino de un escollo en la trama. Minada la autoestima, concedo más fuerza al desarrollo ahora que vemos un matiz diferente, la sensación de impotencia en el fracaso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario