El final de la temporada sigue aumentando el nivel poquito a poco, introduciendo altercados que solicitan más movimiento entre clanes y mafias. Definidos todas las perspectivas, las piezas del tablero actúan y cambian las alianzas para encontrar interesantes desarrollos de la partida.
Los Thompson siguen su desdicha particular, en la que Eli juega un papel ambiguo que nos permite especular sobre su decisión. No sabemos qué terminará haciendo, y eso es gran trabajo de estructura y ritmo en la narración. Aplaudimos ese esfuerzo y celebramos que Nucky, por su parte, permanezca tranquilo e inconsciente. Él tiene otros problemas con el tráfico de heroína entre sus entregas, allá en Tampa, donde Mrs Wheet le informa de los trapicheos que la otra banda organiza. El pobre Lansky, gran personaje por explotar, es capturado y castigado por Nucky como cabeza de turco, pero este problema llevará a algo mucho mayor: Joe Masseria, su jefe, se encontrará con los Thompson y llegarán a un acuerdo para la distribución del gran narcótico. Su nuevo socio, a la fuerza y contra todo pronóstico, es el cruel Dr. Narcisse, que aparece tras el enfrentamiento con Chalky para estrechar la mano de su enemigo. Pero Nucky no quiere nada malo para su gran amigo, por lo que envía unidades del alcalde para sacar a Chalky de la ciudad. Lo que no sabe es que esa acción está envenenada también por el doctor, de lo que informa su sobrino, pues trabaja para Bader, el alcalde. Todo este entresijo de conexiones ha sido esbozado en varios capítulos, zurcido con maña entre minutos, para llegar a la justificación catafórica que conocemos ahora. Una maravilla de guión que no deja de sorprendernos.
Por otro lado, nuestra querida Margaret es tentada de nuevo por Rothstein, cuyo interés se desvela simplemente económico. Ella acepta y también llega a un acuerdo para el futuro. El momento del té, la calma de ambos personajes y los colores sepia que invaden ese instante nos transmiten una falsa sensación de tranquilidad que nos hace presentir algo tan grande como peligroso. Bien!
El plano que permanece más oculto es la trama con los Capone que, mientras disfrutan del negocio y los beneficios, muestran a un extenuado Al, pretendiendo algo más de poder y siendo ninguneado por su jefe, Torrio. En uno de los momentos de algarabía, recibe una llamada y, con imágenes algo grotescas y características de la riqueza de los mafiosos de baja clase, anuncian un tiroteo inesperado cuyo autor desconocemos. Tendremos que esperar al final de temporada para saber quién quiere acabar con el gran Capone, pero tenemos alguna propuesta: ¿Será el propio Torrio que ve amenazado su liderazgo? ¿Será banda enemiga por acabar con su negocio de cocaína? ¿Algún rezagado de O'Bannioin?
El capítulo ha servido para terminar de enlazar algunos planteamientos ya conocidos, finiquitar negocios y sentir que volvemos a estar en plena guerra. Lo que más nos interesa es el futuro de Chalky y la decisión de Eli, ¿Qué crees que pasará en ambos escenarios? De momento, especulamos y disfrutamos de esta gran apuesta de Scorsese, gran serie, sí señor.
Por Javier Moreno
Creo que esta serie se puso muy intensa en cuanto a la profundidad de lo que sucede, es muy oscura la trama y la forma en como presentan las cosas, creo que es más que una serie de mafiosos matándose unos a otros, sino que ponen mucho de cómo son los personajes, sus vidas y sus demonios internos y eso es lo que me ha gustado de la cuarta temporada.
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