La escalada inversa.
Unos guiones atractivos, con acontecimientos importantes y planos de escándalo, que disfrutamos en los anteriores capítulos para que, ahora que toca subir, bajen el listón. No es un mal capítulo, pero se ven fallas de originalidad, efectos y trucos para generar tensión, pero no cuela.
La subida al muro de hielo se topa con la antítesis del amor contrapuesta a la idea de supervivencia en grupo de desconfianza. Todo previsible que intenta sacudirnos de rabia. No podemos situarnos más al lado de la pareja, Jon Snow e Ygritte son nuestra debilidad más allá del muro.
La torpe e infantil discusión entre las chicas a la hora de despellejar un conejo da lugar a un aún ingenuo discurso de Bran, que aprovecha para conocer mejor las visiones de su análogo, Jojen. Pero tampoco avanzan nada, sino que nos restan minutos de temporada (que ya se está haciendo corta de por sí) y postergan la verdadera acción.
Brienne y Jaime siguen su lucha interna para con el honor, aunque no ocurre nada relevante. Donde sí ocurre es con esa pequeña Arya, que dispara tres flechas sobre un muñeco. Esa aislada acción tendrá lugar catafóricamente en el final del episodio, cuando veamos que Joffrey ha terminado con la vida de Ros, personaje que nos duele ver caer. Pensábamos que daría mucho más juego, pero en la disputa entre Lord Baelish y Varys, alguien había de pagar los platos y el rey-marioneta ejecuta los deseos de quienes mueven los hilos en la sombra. Una pena, pero un momento clave y duro del final, con una voz en off (truco de falso trascendente) que también muestra cómo seguirán las cosas de aquí en adelante: Sansa ya no partirá en ese barco y vivirá frustrada. A Tyron le tocó informar a la pobre pelirroja, a la vez que a su amada, de su concertado matrimonio.
El otro momento clave es la conversación, probablemente lo de mayor mérito del capítulo, entre Tywin y Olenna. Los dos lanzan sus ataques cual duelo a sable. Libres de peones, alfiles o torres, los más poderosos de cada bando muestran los dientes. El diálogo es para enmarcar, aunque por falta de esconder armas, ya no quedará intriga entre ellos. Gana el caballero, pero sabemos que este duelo se repetirá en otras condiciones. Los matrimonios seguirán adelante, con sus consecuencias inevitables.
Arya no sólo acude a nosotros para predecir acontecimientos, algo que cuando uno lo analiza y reposa, alucina. Sino que también se enfrenta a Melisandre, pequeño duelo que advierte próximos enfrentamientos. Aún nos queda mucho por descubrir sobre esa diosa del fuego, o eso parece, pero enerva un poco que sean tan lentos en esa información, y al ver a Arya contra ella cualquiera está posicionado. Lo que yo me pregunto es ¿Dónde ha quedado Jaqen H'ghar?
La ausencia de Daenerys y otros personajes (al menos, con trama verdadera) hace que el capítulo no esté a la misma altura, aunque no despojemos a esta serie de su inherente calidad. Es sólo que queremos más, ¿no estáis de acuerdo?
¿Y qué sentido tiene la tortura de Theon por el mentiroso Ramsay Snow? ¿También conocíais a ese actor de "The Misfits"? ¿Qué desarrollo de personaje estáis deseando más?
Por: Javier Moreno
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