En toda serie hay una estructura premeditadamente escogida. Todas las producciones de esta nueva era de seriales siguen unas pautas para su comercialización, así como prestan una exhausta atención a la forma en la que deben ser mostrados para su disfrute. La conclusión es clara: cuanto mayor entretenimiento ofrezcamos, además de iconos, mayor puede ser su beneficio. Y vaya si saben de esto.
Tras la introducción de tres capítulos, y con el cierre de este cuarto, todos los personajes han aparecido sobre el tablero y ya podemos jugar con ellos. Es muy importante que este cuarto capítulo funcione, pues los seguidores de una serie se muestran muy distintos tras esta exacta cantidad de minutos. Si el piloto no es llamativo, no veremos la serie. Si el segundo y el tercero no nos aportan información nueva (sin sobrepasarse), no continuaremos. Pero el punto de inflexión se da siempre en esta cuarta entrega, en la que muchos abandonan o se decide si uno seguirá hasta el final.
Por esta razón estructuran la introducción en tres o cuatro partes y dejan el giro más llamativo o crucial para este momento, preferiblemente al final. Las sensaciones que nos quedan son adictivas y podemos hacernos una idea general de la serie de la que ya nos sentimos parte. Contratan a los grandes, y dejan en manos de los expertos este tipo de tareas. El director encargado de este capítulo ya ha sido llamado para levar a cabo varios pilotos con el fin de captar audiencia. Su nombre es Alex Graves, y tiene a sus espaldas una experiencia en series completamente diferentes, pero que necesitan del mismo atractivo.
La lucha entre Brienne y Jaime ha cambiado. Ahora que el "matarreyes" ha perdido su mano derecha y no volverá a ser el mismo, los dos comparten una conversación más cercana provocando en nosotros una lucha interna por mantener una opinión. Resulta difícil decantarse por el odio o la lástima respecto a varios de los personajes, y Jaime es uno en particular.
Varys le cuenta a Tyrion cómo fue castrado. Sin mucha justificación para un hombre de palabras a medida, se lanza en la explicación de su venganza, enseñando dónde mantiene al hombre que le hizo semejante humillación. La crueldad hace acto de presencia, pocas veces vista en esta tercera temporada, y nos despedimos de Tyrion hasta el siguiente capítulo (una pena) sabiendo que le preocupa su toma de responsabilidad limitada en la familia ahora que es "consejero de la moneda".
Por su parte, Varys sigue manejando sus influencias tal y como sabe. Se acerca a la presente prometida de Joeffrey y a su madre para intentar hacer algo con Sansa, que parece a punto de escapar a manos de Lord Vaelish. En su conversación, es sacudido con fiereza por el personaje más directo hasta ahora en lo que va de serie, madre de las Tyrell, que derrocha elocuencia y demuestra sensatez. Se entienden, a base de manipulaciones, y se encarga ella misma de mover a su hija para que Sansa acepte un nuevo trato más conveniente para todas ellas. Lo que no parece gustar demasiado en casa de los Lannister es la capacidad de Joeffrey para ser movido cual marioneta. Eso sí, el pueblo se ha puesto de su lado ahora que su prometida ejercita el populismo.
El motín de la guardia de la noche resulta interesante, pero no consigue llenar nuestras expectativas, ningún personaje allí parece estar a la altura de la solemnidad de sus palabras. Sin embargo, se avecina tormenta que acaba con la vida de dos grandes mandos y la huída del miedoso Tarly con una de las hijas de Craster y su recién nacido bebé.
Arya sigue en su clandestina y precaria situación, donde también tienen retenido al Perro. Un bando sin banderas proclama su libertad y su defensa de la justicia, así como de aquellos justos, como Eddard Stark. Parecen los sensatos de la lucha, viviendo al margen de jerarquías opulentas, pero se miden en desprecio al resto de reinos.
La estrategia del principio del capítulo llena varios minutos con algo incongruente, pero entretenido. Cuando parece que el joven Greyjoy va a ser liberado, le sacan toda la información para ser más justamente torturado y vuelve al calabozo donde lo veremos lloriquear por más tiempo. Nada que no se podrían haber saltado.
El capítulo no gozaba de acción dramática suficiente, ni de tensión argumentativa adecuada a los acontecimientos ya ocurridos. Sin embargo, resultaba informativo y completaba todo lo que necesitábamos para que las acciones se sucedan de aquí en adelante hasta el final de temporada. Por eso también que ya pudieran emprender la necesaria tarea de lanzarnos un regalo. Un guante que cogemos sin vacilaciones, que agarramos fuertemente y disfrutamos con fruición. Y es que el final resulta uno de los mejores momentos hasta ahora de toda la serie, y sin duda el mejor de la tercera temporada. Una vez que la madre de los dragones ha adquirido su numerosa armada de "Inmaculados" entrega su mayor dragón a aquel déspota engreído que se creía haber negociado con ingenio. Entonces, llena de ambición, serenidad y fuerza, Daenerys comienza a hablar en valirio, asombrando a su oponente, y ordena aniquilar a todo aquel que no sea de los suyos, niño o mujer. En vista de su poder, el esclavista de Astapor ve cómo su dragón reniega de su nuevo dueño. Daenerys entonces entona su discurso más demoledor hasta ahora, y no es el primero, demostrando quién es la madre y única dueña de los dragones, que no son esclavos, sino sus armas.
Dracarys sirve para envolver en llamas a aquel ignominioso personaje y como principio de su camino hacia el trono de tronos. Libera a sus nuevos soldados permitiéndoles luchar (a pesar de la inconsistencia de la contradicción a la que se ven sometidos) libremente junto a ella. Todos responden respaldándola y el primer reino bien construido se dispone a la batalla. Su camino ha comenzado, y aplaudimos cuando salen los créditos maravillados por un enérgico final.
Portentoso momento que nos deja con ganas de más, que levanta el ánimo y pone a todo el mundo de lado de los Targaryen, una vez más.
Expertos guionistas en mover nuestra opinión sobre los roles, ¿Ha cambiado tu percepción sobre los Lannister? ¿Cuales han sido los personajes sobre los que más has cambiado tu punto de vista? ¿Qué personaje te parece más honesto hasta ahora?
Por: Javier Moreno